La cassalla está en casi todos los bares de València, formando parte del esmorzar con bocata, gasto y cremaet. Fuera se consume distinto: en Madrid como dulce, en Andalucía en ferias y en La Mancha tras la comida.
¿Dónde encontrar cassalla?

Si eres de la Comunitat Valenciana, seguro que lo sabes: no hace falta preguntar dónde encontrar cassalla. Entras a un bar, pides el esmorzar y ahí está el gotet, acompañando al bocata y al gasto como si fuese parte del menú. La cassalla es cultura, tradición y rutina en la terreta.
Pero para quien viene de fuera, este detalle resulta sorprendente. ¿Cómo puede ser que en cada bar haya una botella roja lista para servir? Lo que aquí es lo más normal del mundo, en otras partes de España es casi una rareza.
Cassalla en València: parte del esmorzar
En prácticamente cualquier bar valenciano encontrarás cassalla. Desde los pueblos pequeños donde los llauradors siguen manteniendo la tradición, hasta los bares de barrio en plena ciudad, la cassalla forma parte del almuerzo como las olivas, los cacaus y el cremaet. No hay que pedirla, porque ya está ahí, esperando en la barra o en la estantería junto al café.
¿Y fuera de València?
Aunque el anís se conoce en toda España, la manera de tomarlo cambia según la zona, y eso es lo que sorprende al visitante.
En Madrid, el anís más popular es el dulce, servido sobre todo en celebraciones navideñas o en sobremesas familiares, acompañado de mantecados y turrón. Nada que ver con ese trago seco y rápido que en València abre el apetito antes del bocata.
En Andalucía, el anís tiene presencia en ferias, romerías y celebraciones populares. Se bebe como parte de la fiesta, en la calle, al sol, compartido con amigos y familia. Es un licor social, pero no forma parte del almuerzo diario en los bares como ocurre aquí.
En La Mancha, el anís seco es muy habitual en sobremesas largas y reuniones familiares. Allí se toma en vasos algo más grandes, a menudo mezclado con agua o acompañado del café tras las comidas. La costumbre es distinta: más calmada y ligada al momento de reposo, frente al golpe energético del “gotet” valencià.
Por eso, cuando alguien de fuera llega a València y se encuentra con el almuerzo completo (gasto,cassalla , bocata y cremaet), lo vive como un descubrimiento cultural. No es solo una bebida, es un símbolo de la manera de entender la vida aquí: compartir, disfrutar y convertir la pausa de media mañana en todo un ritual.
Faro de Cullera: en tu bar y también en tu casa
Para el valenciano, la respuesta es clara: la cassalla Faro de Cullera está en su bar de confianza, acompañando el esmorzar de cada día. Para el que viene de visita o acaba de instalarse, la encontrará en la gran mayoría de bares de la Comunitat, formando parte de esa experiencia auténtica que engancha.
Y para ambos, tanto si eres de aquí como si ya has vuelto a tu tierra y echas de menos ese sabor, la buena noticia es que ahora también está disponible online. Así puedes tener tu botella roja de cassalla de Faro de Cullera en casa y replicar la tradición del esmorzar allá donde estés.