Halloween está bien… pero mejor con cassalla

Vale, reconozcámoslo: Halloween mola. Calabazas, disfraces, cuatro sustos y fiesta hasta tarde. Pero si nos ponemos serios... ¿de verdad hace falta disfrazarse para pasar por “muertos”? En València, con una paella el domingo y tres cassalles, eso ya lo tenemos más que dominado. 😎

Mientras medio mundo bebe brebajes con nombres imposibles, nosotros brindamos con cassalla, que también te deja temblando, pero de alegría. Aquí los espíritus no dan miedo: se sientan a la mesa, almuerzan y se piden un vaset més.
Porque, seamos sinceros, “si els americans tenen vampirs, nosaltres tenim esmorzarets… i això sí que dona gust.”

En nuestra versión valenciana del Halloween, no hay calabazas ni telarañas. Lo que se enciende aquí son petardos, mascletaes y ganas de fiesta. En vez de “truco o trato”, decimos “¿fem una cassalleta abans del bocata?”. Y mientras fuera del Mediterráneo pintan caras de blanco, nosotros las pintamos de rojo… del sol i del anís.

Sí, Halloween está bien. Pero no hay nada que supere una despertà con olor a pólvora y una cassalla ben freda. Porque si algo sabemos los valencianos, es que el fuego y la germanor no se celebran una vez al año, sino cada fin de semana.

Y hablando de espíritus, aquí los nuestros son de otro tipo. Nos reunimos para reír, compartir i fer festa. Y si los zombis se levantan de la tumba, que pasen por la barra: una cassalleta de Faro de Cullera los resucita mejor que cualquier conjuro.

No hay nada malo en disfrazarse, pero que no se nos olvide quién inventó la verdadera fiesta. Aquí, con una botella roja de Faro de Cullera, se espanta el frío, la por i fins i tot les ganes de treballar el dilluns. Porque Halloween tendrá monstruos, pero nosaltres tenim cassalla, y eso sí que és tradició viva.

Así que este Halloween, ponte lo que quieras… pero brinda como un valencià de veritat. Ni las brujas, ni los vampiros, ni los zombies pueden competir con una buena cassalla al sol de la terreta.

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